Quien te adula, algo busca.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
Pesaba 193 libras y tenía tres barbillas. No podía levantarme antes de las 9 de la mañana y nunca veía a los pacientes antes de las 10. Decidí ponerme a dieta.