Cuando tu enemigo te halaga, entonces te engaña.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
Su objetivo debería ser pagar las facturas de las tarjetas de crédito en su totalidad a final de cada mes y reservar dinero para sus ahorros de emergencia.