No hay cara más disfrazada que la lengua aduladora.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
Ningún gobierno lucha contra el fascismo para destruirlo. Cuando la burguesía ve que el poder se le escapa de las manos, saca a relucir el fascismo para mantener sus privilegios.