Mal te quiere quien con lisonjas te viene.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
La gente suele preguntar por qué no está leyendo sobre lo que está trabajando en este momento. Y la verdad es que sólo se pueden leer tres páginas por noche antes de que se cierren los párpados.