Más daña la lengua del adulador que la espada del persecutor.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
El activista no es el hombre que dice que el río está sucio. El activista es el hombre que limpia el río.