Más vale un golpe del que te quiere que un beso del que te aborrece.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
“¡Vaya un paso!” Y pasaba Judas.