Cada vez que estés a punto de señalar un defecto en otra persona, hazte la siguiente pregunta: ¿Qué defecto en mí se parece al que estoy a punto de criticar?
Lo que me parece genial de ser un autor de libros prohibidos es esto: Escribo libros que evocan una reacción, libros que si se tiran a un lago no caen con un gemido sino con un chapoteo.