Entrada aleatoria

Desde Hiroshima y el Holocausto, la ciencia ya no ocupa su lugar prístino como máxima autoridad moral. En su lugar, ese papel lo ocupan los derechos humanos. De ello se desprende que cualquier ataque a la vida judía -a los judíos o al judaísmo o al Estado judío- debe ser redactado en el lenguaje de los derechos humanos.