Quien mucho te alaba, te la clava.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
La razón es una muleta para la edad, pero la juventud es lo suficientemente fuerte para caminar sola.