Tú que non puedes, llévame a cuestas.
Tiene razón la buena mujer: comióse los güevos y dió1a con la sartén.
Sobre que no hay mucho cómetelo, chucho.
Quien no tiene mesura, toda la villa es suya.
No tanto estirar que se quiebre la cuerda.
No se ha de ser más papista que el Papa.
Si puede meter el codo, meterá el cuerpo todo,
En cuanto le das un dedo dice: aquí me quedo.
No de ni un dedo al villano, pues se tomará la mano.
Llevó a un amigo a su casa y de ella hizo tabla rasa.
En entrando la cabeza, cabrá el cuerpo.
Echadle a los pies, huéspeda, y amanecerá a la cabecera.
Déjame entrar, que yo me haré lugar.
A tu casa venga quien te eche della.
A quien le dan el pie, se toma la mano.
La libertad es un logro interno más que un ajuste externo.